miércoles, 23 de diciembre de 2009

Desilusión

Mi madre me despertó a eso de las 4:30 AM algo estresada, enmedio de mi somnolencia percibí que repetía mucho la palabra gas. Restaurado en el tiempo que tardo en hacerlo (30-45 min.) pude comprender la situación, una hornilla de la estufa estuvo prendida quiensabe cuantas horas, no hubo explosión (¡demonios!) ni nada para nuestra fortuna; recuerdo que en casa de unos vecinos hace un par de años si hubo. Toda la casa se abrió (ahora tengo gripe) para que el olor a gas, que solo percibí una vez y esforzándome mucho, se fuera. Me siento triste, yo feliz de la vida hablaba con Dios en mi sueño y todo resultó ser producto del gas. Snif, snif.

2 comentarios:

  1. ¿El gas te droga?
    Una más a la lista, ja ja ja
    Eso qué..

    ¿Qué has hecho estos días?

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  2. Qué fuerte experiencia, yo sólo soñé (es en serio) que dos jabalíes gigantes acribillaban un bebé y a éste último se le destrozaba el cráneo. Yo fingía grititos de espanto, pero sabía en el fondo que yo no gritaba en serio, que lo hacía por conveniencia social.

    P.D.
    ¿Te llegó por paquetería un librillo de Zagal, cuyo remitente fue la facultad de filosofía? Saludos. Y, por conveniencia social, te deseo feliz Navidad.

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