domingo, 27 de febrero de 2011

Domingo

Misa a las 8:00 AM. Busca primero el reino de Dios y su justicia divina y por añadidura lo demás se te dará. Precioso

Leí un precioso artículo sobre la problemática de la cultura en nuestro país de H.Z.

Camino a mi casa discurrí sobre el arte. Concluí que la idea metafísica de éste no es mas que un invento burgués. Aplaudí a las vanguardias por asesinar tal vómito.

Casa de mi mamá. El lugar me es extraño. No tengo casa. Trabajé en un ensayo que entrego el día de mañana. Problemas entre ella y mi hermano. Me entristece que mi hermano esté mal. Intento ayudarlo como me es posible.

Mañana iría a un almacén burgués a que mi mamá me comprara un B.B. Cambíe de opinión. No al consumismo, no necesito un B.B.

Me despedí de Sofía por última vez. Me hubiese gustado hacerlo sabiendo que ella está bien. No lo está. Si yo salí adelante con más razón ella lo hará. Tengo fe.

Sé lo que implica interpretar mi situación de una manera pseudohegeliana. Superé una contradicción. Era necesaria. Me reenconcilié con mi mamá y me reeoncontré con mi papá. Nuevamente hago sentir bien a los demás. No me hago daño, disfruto lo que estudio. Doy gracias por poder hacerlo. No queda ahí. Implica que una nueva contradicción se está formando...ruego poder ser mejor y poder enfrentarla.

Eliminaré Fb de una vez por todas.

Mañana veré a mi papá, mi mamá y mi hermano. Mi papá está muy enfermo; espero recuperar el tiempo perdido.

sábado, 26 de febrero de 2011

Sábado

Concluí un libro más. Leo como poseso últimamente. Al menos recuperé mi gusto por la lectura. El viernes releí algo (corto) de Heidegger; señalaba que todos los males se deben a nuestra incomprensión de la palabra ser.

"Las ciencias se determinan como tales en tanto que reaccionen a crisis de fundamentación." Me recuerda a Hegel. Hegel.

Acompañé a mi padre a recoger algo, fracasamos. Un drogadicto a mi lado en el metro, para qué sirve ese cateo tipo aeropuerto al que fui sometido por un viaje subterráneo.

Una masa enorme en el interior. Yo era parte de ella; tan grotesca la hallé que preferí centrar mi atención en mi novelita de Sartre.

Tarde; casa de mi madre. Ví un programa grotesco. Mi hermano no siente nada por mí.

A mi regreso, en Fb busqué a Faride; recordé como otrora 6 años era una encantadora niña que me adoraba. Hoy ni siquiere recuerda que existo. Estoy muerto para ella.

Envalentonado por el suceso anterior busqué a Sofía. Una foto de los dos juntos. Percibí una felicidad en ambos que nunca antes había captado en esa foto. Me desconocí, ya no queda nada de ello. Hoy no soy el de esa foto, ella tampoco. Temblé un poco y la sensación de llanto me invadió. Las lágrimas no emanaron.

Observé fotos de ella feliz con otros. Feliz en ese momento mientras que yo no paraba de llorar. La náusea hizo que luciera muy por encima de ellos. Nada metafísico, simplemente solo ella me interesaba en esa foto.

No tengo amigos, nunca los he tenido. Todo se reduce a personas con las que comparto tiempo y lugar en distintos momentos de mi vida. La paso bien. No debo hacerme ilusiones, nunca he mantenido contacto con quienes compartía tiempo y lugar anteriormente.

Recuperé mi cuarto. El griego me está interesando. Me fascina aquéllo a lo que intento dedicarme. Además, es lo único que tengo.

Mis ojos pesan. Tal vez se debe a lo mencionado en primer párrafo.

jueves, 17 de febrero de 2011


Pensar es agradecer, y agradecer es querer.

M. Heidegger

miércoles, 9 de febrero de 2011

Diligencias.


Cumplir responsablemente mis menesteres universitarios; no olvidar que la carrera es hoy por hoy lo único que le da sentido a mi existencia.

Ir a Perisur el sábado; no olvidar lo que sucedió un día como ese.

Llorar con menos frecuencia; no olvidar que el llanto deja de ser trágico si sucede diariamente.

Hacer sentir bien a mis amigos; no olvidar que el hecho de que no pueda hacerme sentir bien no es razón suficiente para desatender a las personas que quiero.

Tomar mi medicina diariamente; no olvidar que puede ser la diferencia entre adorar a los pajaritos y al señor sol y dejar de querer vivir.

No desatender a mi perico; no olvidar que aunque me tema y por ende no ayude a sentirme mejor, el animal sigue dependiendo de mí.

Dejar de despertarme de madrugada; no olvidar que al que madruga Dios lo arruga.

Cargar el iPhone; no olvidar que la vida sin música es un error.

Dejar de frustrarme; no olvidar que debo lidiar con las frustraciones toda mi vida.

No dejar de rezar, tener fe; no olvidar que estoy ahogado en dolor.

Dejar de hacer planes; no olvidar que el cosmos es esencialmente caos.

martes, 8 de febrero de 2011

Recuerdos de arena

Cuerpo contra el asfalto, recuerdos de arena. Odiosos recuerdos, no funcionan, quisiera olvidarla, daría cualquier cosa por ello. Miente, sabe que miente. Por eso es inútil. La ama, jamás ha querido olvidarla, él la ama.

Es una cuestión tan subjetiva, en su solipsismo lo sabe. Sólo un recuerdo sobrevivió al hastío. Por qué desecharlo? Creyó desfallecer cuando cierta obertura de Tchaikovsky le pareció odiosa después de tanto tiempo. Algo pudo tener que ver el entonces nuevo mencionado recuerdo.

Carísimo precio tuvo que pagar. Pensar en ella consumió lenta y progresivamente su ser, ahora moriría, sabía que moriría. Por qué no olvidarla entonces?

No quería, se negaba. La pregunta es necia, la amaba, él la amaba. Destrozado por su adios y rápido olvido decidió encerrar el recuerdo, tenerlo presente, día y noche la pensaba. Los motivos son obvios. En su mente aún estaba con ella, abrazados, el tiempo suspendido. La tragedia residía en parte en la realidad.

Ella no estaba en el mundo exterior. Eso había terminado. Aún cruzando ambos, aún mirándose a los ojos podía sentir su indiferencia. Ello hacía que se refugiara más en sí, que lograse vencer el tedio.

Lo que tenía que pasar pasó, ya no estaba ahí. Aceptó el precio que hubo de pagar con tal de seguir con ella aunque fuese a costa de sí mismo. No tardó mucho, ya no estaba ahí.

Su muerte a nadie sorprendió, su ausencia ya anunciaba lo que sucedería. Meses después ella de su muerte fue enterada. Aferrada fuertemente en brazos de otro tuvo su primer pensamiento sobre él en largo tiempo y el último sobre él que tendría en toda su vida.