Una de las cosas más claras que siempre tuve, incluso cuando más confundido en mi vida anduve, que tengo y que siempre tendré es que soy pésimo para eso de ponerle título a algo. Para que se den una idea de cuan malo soy en esto, en esos ejercicios menesterosos e incluso infántiles de ¿Qué otro nombre le pondrías a la obra? nunca respondía, de hecho sí aunque después de horas de detenerme en esa pregunta, siempre con una nefasta respuesta y siempre sintiéndome desvalorizado.
No siento mucha ciencia.
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