"-Yo estoy loca, tu estás loca,

debes estarlo, sino no estaríamos aquí."

El gato de Chester, Alicia en el País de las maravillas.

El chiste es breve. Mi máscara de cordura tambalea como nunca antes. Asistí con un prestigioso doctor por insistencias de mi tía, prestigioso significa aquí "me hago rico escucho las idioteces de los burgueses neuróticos por su aburrimiento", el hombre se alarmó ante mis resultados; de acuerdo a sus estatutos estoy a una línea de depresión clínica y a una morbosamente diminuta raya de una crisis nerviosa. Extraño es esto, no por nada bauticé (aunque creo que más bien fue para sentirme especial) los últimos cuatro meses como las más difíciles de mi vida sin embargo creí que mis métodos usuales de catársis podrían con la carga. Quisiera ser un macho alfa, así mi cuerpo lejos de mostrar el aspecto débil y demacrado que todos sin pudor alguno me selañan, se haría fuerte con cada embestida. Quisiera considerar a todo el que me cuenta chistes mi amigo, así tal vez saldríamos. Quisiera no ver automatismo en las multitudes, así sería tal vez más sociable. Quisiera no extrañar el ocio. Qusiera ser feliz ante los malos tratos, las mentiras, el desprecio y el olvido de S., qusiera olvidarla tan pronto como ella a mí. Quisiera no sentirme un extranjero ante la pérdida del único lugar que me era familiar. Quisiera vivir un lugar donde el solecito llegue (factor mencionado por el señor doctor), qusiera pretender que todos son mis amigos, así no me sentiría sólo.