martes, 6 de julio de 2010


Como otrora hiciesen los burgueses contra la iglesia y la nobleza (Cfr. La decadencia de Occidente), los partidarios del socialismo/marxismo/comunismo/izquierda optan por la vulgaridad para enfrentar a los dueños de producción. Irónico resulta pues que alardeen tanto de utilizar un invento netamente burgués para combatir la maquinaria burguesa al punto de volver el populismo su bandera. Los burgueses, lejos de ofenderse, miran con ojos de burla que populismo sea hoy sinónimo de izquierda, no porque los populistas con sólo serlo subrayan el poderío burgués sino porque la "ontología" que tan sólo cuenta para ellos los hace sentir tan seguros al punto de no temer caer por su propio peso y, principalmente, por ser tal su afán por poseer aquéllo que nunca ha sido suyo, aquéllo que inútilmente presumen tener de sobra, clase. Tal cosa dejó de existir desde que movilizaron a las masas contra la noción de clase. Tenemos ahora una iglesia y nobleza aburguesadas, en otras palabras vómito; lo mismo sucede con los partidarios del conservadurismo.

1 comentario:

  1. Sublime. Los jacobinos son una maquinaria inofensiva, resentida y bestial, controlada por los girondinos (tradúzcase burgueses). Es cierto que las maneras burguesas deben provocar asco, también me inspiran ternura o admriación, justo como a Harry el lobo estepario. Eres la hostia.

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