viernes, 12 de marzo de 2010

Unanimidad


Hoy tuve una de las clases más significativas que he tenido en toda mi vida; mi profesor F.C. hizo gala de su basto y despampanante conocimiento así como de su no menos basta y despempanante cultura. Discurrió con nosotros sobre Filosofía y Literatura. La clase fue triste pues su conclusión reafirmó algo que a mi ser le parecía más que evidente; nunca en la historia de la humanidad ésta se había hecho unánimente la pregunta que ahora se formula: ¿Qué va a pasar con nosotros?

Así mismo nuestro brillante profesor recordó los ideales románticos de las revoluciones (que nunca se cumplieron), que éstas son meros inventos burguéses para establecer a los susodichos en el poder y que nunca nadie imagino que ésto derivaría en la constante del día de hoy: la cuestión ya no es ¿quién eres tú? sino ¿qué tienes tú que me sirve a mí?

Leí el capítulo del hastío en El Mundo como voluntad y representación de Schopenhauer. Recordé lo mencionado por V.J. ésta semana sobre que desde antes de leer al hombre (y a otros) los aspirantes a filósofos del AIV ya nos habíamos hecho esa clase de planteamientos.

Los puntos anteriores han hecho que la latente concentración de la fuerte influencia kierkegaardiana de mi ser en los últimos días haya vuelto a hundirse en la suspensión de mi pensamiento.

Hice un examen de matemáticas nefasto; debo dormir más.

Salí con S. a Altavista, comímos ravioles y posteriormente fuimos a su casa. Vi (incompleta) una película llamada La niña y el zorro que me pareció linda.

Mi novia me prestó El extranjero; comienzo su lectura.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. + ¿Tu novia te prestó El extranjero? Eso sí es fuerte...
    + También me pareció fantástica, pero desgarradora, la clase de Corona. Fuera de que no esperara que fuera tan culto, su sabiduría vital es cercana a la nuestra. Vive hastiado del m undo y el capitalismo, dela burguesía y del sinsentido.

    ResponderEliminar
  3. Discutí durante horas sobre las generaciones del siglo XX; es lastimoso. Creo que, a veces, me siento demasiado fastidiado por mi sensatez ante esta lacerante humanidad. No es tan trágico cuando lo compartes. :D
    Eugui

    ResponderEliminar