jueves, 31 de marzo de 2011


Discurrí con un compañero con el que comparto enfermedad. Se sorprendió de la alta dosis de antidepresivo que tomo al día. Sabe que el foco de mi depresión fue S., no sé cuál es el foco de su depresión. Tan sólo mencionó tener cargas patológicas.

Al fin ví Anticristo. No encuentro una palabra para definirla. Estoy entre grotesca, hermosa, sublime, asquerosa y mórbia. Eso sí, la película me fascinó. Lars von Trier es un cineastan genial. La Cineteca Nacional es un gran lugar.

Dante pone pecados más graves que la lujuria en la Divina Comedia. He desarrollado una fuerte animadversión por todo lo relacionado con lo sexual. Esta animadversión me ha causado conflicto cuando estoy entre amigos y conocidos.

La Filosofía es inútil y demanda demasiado. A pesar de ésto no me arrepiento de estudiar Filosofía.

Leo La agonía de Cristo de Tomás Moro. El libro es hermoso.

Al fin no me comparo con los demás para determinar estados míos. Por primera vez me veo como mi único rival a vencer. Eso es bueno, o al menos me gusta pensar que lo es.

La apatía que siento por las noticias y los temas políticos hace que sufra cuando cuando pasa algo verdaderamente importante y no me entero. No obstante seguiré siendo apático.

Estuiaré Historia en sistema abierto.

Ayudo a Ana Claudia académicamente, espero no fallarle.

El tiempo transcurre de modo trivial y rápido en mi vida. Eso es bueno, creo que ayuda a que no sufra. Cumplo mis menesteres académicos: estudio griego, estudio en casa, pongo atención, disfruto la carrera. Hoy por hoy mi fe kierkegaardiana y la Filosofía representan lo único firme y auténtico en mi vida.

Tchaikovsky nunca falla. Puedo escapar del mundo por 100 años oyéndolo. Ser feliz e imperturbable y cargarme de fuerza para enfrentar el mundo cuando vuelvo a ser arrojado a él tras terminar de escuchar la música de Tchaikosky.

No hay comentarios:

Publicar un comentario