jueves, 13 de mayo de 2010

¡Intégrate! (Diatriba contra nuestro tiempo)

¡Oda a nuestro tiempo! ¿Qué otro como él? Que mueran las mentes retrógradas cuyas aberraciones fueron matadas por la invencible monotonía (cero y van quien sabe cuantas...).

No nos queda más que este cadaver que los seres previos a nosotros nos dejaron. ¡A disfurtar pues el cadaver! ¡Retorzámonos en él! Integrémonos pues. ¿No es ese el discurso de nuestro tiempo? Seamos pues seres de nuestro tiempo, no nos queda de otra, es nuestro tiempo ¡a vivir según él!

No importa más quien sea yo, quien seas tú, quienes sean ellos. Los rasgos característicos de cada quién tan solo estorban. Abanderados por la integración concurrámos todos aquí y ahora; aquí y ahora, pensar en algo más, eso es la fruslería.

No hay que tirar más idólos, todos acabados estan ya y si no, ¡no importa, integrémoslos! Que bella palabra, no hay que pelear más. Seamos tolerantes, no solo dejemos que el cadaver del mundo se putrifique más, participemos en ello. Podemos ahora, sin dejar de vivirlo, observar como las obras de nuestros tiempo danzan en el espectáculo; los maricones se besan frente a nosotros, los niños adoptados por ellos ya son; nuestros niños convivirán con el producto que de ahí derive. Las rameras ni piensan que pudo ser de la víctima de cada uno de sus abortos. Los turcos invaden Alemania, España plagada de moros está, los idiotas se meten en cada cosa sin siquiera saber algo de ella...

Eso es posmodernidad. ¡Viva la posmodernidad! No nos preocupemos de que los rasgos distintivos de la cultura se pierdan; un momento, ¡ya no hay cultura! Matamos el arte y ahora vivimo abrazados al nihilismo. Sonriamos pues, veamos como gente ajena a la circustancias y al contexto específicos forman parte de ellos. Yo, retrógrada, amargado e intolerante me avergüenzo de mi tiempo y de que mi familia sea ya, inconscientemente, una familia posmoderna.

1 comentario:

  1. Odiar el nihilismo, aunque se le afirme con nuestros pensamientos, es signo de nietzscheanismo desenfrenado. La contradicción no es un error, sino la condición de la cosa.

    ResponderEliminar